Estudiantes de la lengua española van de senderismo
a las montañas de Benicassim
Valencia.
España y sobre todo la ciudad de Valencia son conocidas por sus playas, el sol y el ambiente
relajante junto al mar. Pero si vas a las afueras, verás que hay más bellezas
naturales.
Los estudiantes de una escuela de español han podido vivirlo de
primera mano, visitando Benicassim y aprovechando para pasear por las montañas.
Después de que un guía les explicara el camino, tuvieron un pequeño descanso
para retomar fuerzas y conocerse mejor. Así pudieron probar su español hablando con otros estudiantes con quienes
subieron a la montaña. Hacía sol y el viento refrescaba. La ciudad y el ruido
estaban lejos, solo había la tranquilidad de la naturaleza. ¡El equilibrio
perfecto para los estudiantes
del español, después
una semana de curso español
intensivo!
El grupo multicultural hacía
paradas en el camino para hacer fotos y para disfrutar del paisaje de España y la Comunidad
Valencia. Aquí estaban libres de todo, los problemas y el estrés desaparecieron
rápidamente. Solo estaban los otros estudiantes, se contaban historias interesantes y se divertían
mucho.
Lo más destacado fue la
cruz en el punto culminante de la montaña: muchos años atrás, un monje subía
cada mañana a ese lugar para rezar a Dios. Hacía pensar en Brasil y Río de Janeiro, y los estudiantes del español hicieron muchas
fotos para después enseñárselas a los que se habían quedado en casa.
De camino hacía el
autobús, los estudiantes tenían la opción de regresar lentamente paseando por
la calle, o de hacer un poco de deporte antes de irse: a la derecha, había un
camino trillado que podían seguir recorriendo. Una experiencia única: caminando
sobre piedras y tierra, concentrados pero también divertidos, los estudiantes disfrutaron
de un paisaje muy bonito. Lejos de la civilización solo se veía la naturaleza:
plantas, piedras, pequeños animales, y, claro, un pequeño camino para los
corredores. Una buena alternativa para los que salen a correr a los Jardines
del Turia en Valencia.
Cuando todos estudiantes
de español se encontraban en el autobús, partieron a Benicassim, donde una
familia española había preparado tapas y paella para ellos. En un ambiente
típico de España, disfrutaron de una selección fantástica de tres paellas (marisco, carne y verduras), jamón, queso, salami, aceitunas, y varias
bebidas típicas españolas como el tinto de verano. ¡Y se lo merecían tras el
duro paseo! También pudieron hablar mucho con los otros excursionistas y practicar
su español coloquial; en las mesas se podían escuchar muchas conversaciones
diferentes.
Después de comer, los
estudiantes tuvieron la posibilidad de tomar un poco el sol en la playa – otra
forma de que los estudiantes de español de la escuela Costa de Valencia puedan relajarse y desconectar de la ciudad.
Se hacía la hora de
volver a Valencia, para algunos demasiado pronto. Cansados pero felices, los
estudiantes se dormían en sus asientos y soñaban con una noche relajante en Valencia.
Si había alguien a quien no le gustase el senderismo, empezó a gustarle este
día: todos y cada uno de ellos sonreían al recordar aquella fantástica
experiencia.
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