martes, 10 de marzo de 2015

Fallas de Valencia, el fuego que no cesa





La capital del Turia está ya está inmersa en sus fiestas mayores: Las Fallas. La fiesta del fuego por excelencia y preludio de la primavera, irrumpe y transforma la ciudad. Los fuegos de artificio, los desfiles, el bullicio, los buñuelos con chocolate, luz y alegría, fuego y ruido… llega el momento de la diversión, de olvidarse de todo y disfrutar. Los falleros toman las calles de Valencia, que se transforma por completo para honrar con honores a San Josep. Las fallas, monumentos de cartón piedra en los que no falta la ironía, la sátira y el sarcasmo, cambian la fisonomía de más de un centenar de ciudades y pueblos desde el 15 de marzo, día de la plantà. Vente a Valencia y disfrutarás de unas fiestas que marcan el comienzo de la primavera. Ven a conocer las fallas, unas fiestas que no olvidarás.


Los valencianos viven a tope las Fallas, su fiesta grande. Unas celebraciones en las que el fuego purificador engulle lo malo y lo negativo del año en los albores de la primavera y da paso a lo bueno. El origen de la fiesta está en la calle. Hace muchos, muchos años los carpinteros y otros gremios quemaban a las puertas de sus talleres trastos viejos y listones de madera junto a los parots, una especie de antorchas con las que se alumbraban durante el invierno, que con el tiempo se transformaron en los actuales ninots. Precisamente los ninots son los que hoy dan sentido a las fallas gracias al mensaje que transmiten. La noche del 15 de marzo es la de la plantà, el momento en el que falleros y artistas trabajan sin descanso para montar el monumento.


Las mascletàs, los castillos y otros fuegos artificiales se oyen e iluminan el cielo valenciano hasta el 19 de marzo. La Alameda es el lugar desde donde se lanzan los castillos y que alcanzan su apogeo la madrugada del 18 con la Nit del Foc, una exhibición pirotécnica única en el mundo. 

Las falleras y los falleros son los protagonistas de otro importantísimo acto: la Ofrenda a la Virgen de los Desamparados. Todas las comisiones falleras desfilan desde sus casales hasta la Plaza de la Virgen, donde se elabora el impresionante manto de la patrona de la ciudad con los ramos de flores de las falleras.Pero como todo, lo bueno también termina y bien lo saben los valencianos. El 19 de marzo arden todos los monumentos falleros, primero los infantiles y luego los grandes. La cremà empieza a las diez de la noche cuando se queman los monumentos pequeños. Dos horas más tarde, las llamas devoran una por una el resto de las fallas. La falla de la Plaza del Ayuntamiento es la última, y esa enorme pira es la que marca cada año el final de las fallas, pero también el inicio de las siguientes.



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